Desentrañando los trastornos de la marcha
Eadweard J. Muybridge (1830-1904) y Étienne-Jules Marey (1830-1904) han pasado a la historia como los inventores de la cronofotografÃa, una técnica que consistÃa en plasmar en una superficie fotográfica las diversas fases del movimiento, en un claro precedente de las imágenes animadas, de la cinematografÃa.
Marey inventó un “fusil cronofotográfico” (ver figura) que era capaz de realizar 12 fotos por segundo y valiéndose de él estudió el movimiento de multitud de animales grandes y pequeños, y particularmente la locomoción humana.
Por su parte, Muybridge (que, por cierto, mató al amante de su mujer disparándole un balazo y una frase legendaria: Good evening, Major, my name is Muybridge and here is the answer to the letter you sent my wife) desarrolló una carrera paralela, estudiando el movimiento de los caballos al galope y diseñando diversos artefactos para mostrar imágenes en movimiento.
Ellos dieron los primeros pasos en el estudio de la marcha, con series fotográficas como la que encabeza esta entrada. La observación de la marcha humana es una inapreciable fuente de información, ya que su discurrir armónico es el resultado de el funcionamiento combinado de multitud de aparatos y sistemas, y puede verse afectado por patologÃas muy diversas. Trastornos musculares, articulares, del sistema nervioso periférico, piramidales, extrapiramidales, sensitivos, cerebelosos, entre otros deterioran la marcha, produciendo en muchos casos patrones caracterÃsticos cuya identificación lleva directamente al diagnóstico.
No obstante, y a pesar de su riqueza semiológica, nuestra valoración de la marcha no va muchas veces más allá de una mera aproximación cualitativa. En paciente ancianos, en los que la marcha se deteriora hasta el punto de condicionar riesgo de caÃdas, y con ellas de fracturas o problemas hemorrágicos (especialmente relevantes en paciente bajo tratamiento anticoagulante), es muy importante cuantificar el grado de deterioro y el riesgo de caÃdas asociado. Os traemos hoy cuatro escalas que pueden ayudarnos a categorizar de modo más preciso y a cuantificar, sobre todo con fines de valoración evolutiva, los trastornos de la marcha:
1. La escala de Tinetti: tiene dos subescalas, una de valoración del equilibrio y otra de valoración de la marcha. Se administra en 8-10 minutos y valora el riesgo de caÃdas del individuo. La puntuación máxima es de 28. Por debajo de 19 puntos se considera que el paciente tiene alto riesgo de caÃdas, entre 19 y 24 existe riesgo moderado.
2. La escala timed get up and go también valora el riesgo de caÃdas. Tiene tres modalidades: TUG simple, que valora el tiempo invertido por el sujeto en levantarse de una silla, caminar tres metros, darse la vuelta, volver a la silla y sentarse (corte 13.5 segundos), TUG cognitivo, en el que el paciente simultáneamente cuenta hacia atrás (corte 14.5 segundos) y TUG manual, en que el paciente realiza la misma tarea mientras sujeta un vaso de agua (corte 15 segundos).
3. El test de equilibrio de Berg plantea al paciente una serie de tareas de progresiva complejidad (capacidad de estar sentado sin respaldo, de levantarse, de permanecer de pie con los ojos cerrados, de girar, de mantenerse erguido sobre un solo pie,…) asignando una puntuación en función de la capacidad de ejecución de cada una de las pruebas.
4. El Short Physical Performance Battery evalúa asimismo la funcionalidad de los miembros inferiores en pacientes ancianos. En el enlace que proporcionamos se puede descagar un software educativo para entrenarse en la administración del test.
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