¿Quién es Phineas Gage?
El capataz
Corre el año 1823 1848. Nos encontramos casi una milla al Sur de de Cavendish, Vermont. Phineas Gage tiene 26 años y ya es capataz de obra de la Rutland & Burlington Railroad. Está al mando de la creación de la vÃa ferroviaria que unirá Cavendish con Chester. La zona es muy rocosa y hace falta demoler con pólvora las piedras para preparar el lecho de la vÃa. El trabajo de Phineas es elegir la zona de la roca donde la detonación sea más eficaz. En ese preciso lugar debe cavar el agujero, llenarlo de pólvora, introducir un detonador, taparlo con arena, y compactarlo con una barra de hierro. De esta forma la pólvora sólo explotará cuando activen el detonador.
Hoy es 13 de Septiembre y el dÃa es húmedo y caluroso. Si no fuera porque las hojas de los árboles comienzan a teñirse de marrón hoy podrÃa ser un dÃa de verano. Después de una dura jornada de trabajo, Phineas Gage está exhausto. Sólo quedan tres detonaciones y podrá volver a casa. Cava el agujero, mete la pólvora y agarra su barra de hierro. Se queda mirando a su compañera de batallas. La barra mide alrededor de un metro de largo, 3cm de diámetro y pesa casi 6 kg, y su uso constante durante años ha redondeado su forma y endurecido los músculos de Gage. Phineas piensa en la promesa de su jefe de que después de esta demolición ya no volverá a trabajar a pie de obra. Es un hombre inteligente y formal, y su talento puede ser aprovechado mejor en la sección de contabilidad de la empresa. Se imagina su nuevo despacho mientras la barra que empuña desciende con fuerza contra el suelo. En el instante en que siente el impacto se da cuenta de que ha olvidado añadir la arena. Una chispa insignificante causa la detonación de la carga de explosivo. Todo sucede muy rápido.
La barra de acero sale despedida contra la cabeza de Phineas, introduciéndose en su cráneo a través de la mejilla. Décimas de segundo después lo abandona por un agujero entre los dos parietales. Phineas cae de espaldas, y la barra aterriza a más de 20 metros de su dueño.
El Ballenero
Jack Y Beverly Wilgus discuten en un mercadillo de un barrio portuario de Baltimore. Los dos son aficionados a coleccionar fotografÃas antiguas, y en el puesto del mercadillo de Fells Point tienen algunos ejemplares magnÃficos. Jack está interesado en una lámina en blanco y negro de un barco pesquero. Beverly sujeta un pequeño daguerrotipo de un hombre joven tuerto que sostiene un arpón en sus manos. El precio es excesivo, pero Jack sabe que cuando a su mujer se le antoja algo no hay nada que la haga cambiar de opinión. SonrÃe mientras deja la lámina en su sitio y paga al dueño del puesto. Con el tiempo olvidará este dÃa.
El médico
Phineas se levanta aturdido y ensordecido por la explosión. Sus compañeros le rodean y no dejan de hacerle preguntas. Está sangrando por la cara y la cabeza, y se siente algo mareado. Aún asà camina por su propio pie hasta una carreta que le llevará al pueblo, y les pregunta a los obreros por el accidente. Asustados por el incidente, lo llevan rápido en el coche de caballos a Cavendish para que lo examine el doctor Harlow. Llegan al hotel donde Gage se estaba alojando. El médico llega una hora más tarde.
Cuando el Doctor Harlow encuentra al paciente queda impresionado. No acostumbrado a lo que el llama “medicina militar”, la visión de Phineas Gage cubierto de sangre lo deja paralizado durante unos instantes. Gage reconoce al doctor y le explica lo sucedido con todo lujo de detalles. Harlow no puede dejar de mirar el agujero en su cabeza.
Durante el mes siguiente se hace cargo de Phineas. En ese tiempo la herida se infecta y el paciente pierde el ojo y entra en coma. Pero poco a poco se va recuperando y a finales de Noviembre abandona su convalecencia. En ese momento Harlow escribe en su informe: “El paciente mantiene intactas capacidades como el habla, la memoria o la marcha, podrÃa decirse que se ha recuperado del todo. Sin embargo tiene un comportamiento extraño, irreverente e infantil. Sale a la calle sin abrigo ahora que el clima es frÃo, es obstinado y es difÃcil llevarle la contraria. Aquellos que lo conocen coinciden: esta persona ya no es Gage.”
La nieta
Jack escanea una lámina de un pesquero acompañado de su nieta. Hace meses que Beverly y él digitalizan su archivo de fotografÃas antiguas. Gracias a su nieta han descubierto Flickr, un servicio en internet donde pueden compartir su enorme colección de fotos con cualquier persona que esté conectada a un ordenador. Beverly es la encargada de gestionar la página, mientras que Jack prefiere el aspecto fotográfico, nunca le han gustado los ordenadores. Beverly llama a Jack para que vea el comentario que un hombre ha dejado en una de sus fotos. Es la imagen de un daguerrotipo de un hombre joven con un solo ojo sujetando un arpón. Beverly, mirando la pantalla, dice: “Es la foto del ballenero tuerto, ¿recuerdas donde la conseguimos?”. Jack le responde que hace más de treinta años que la imagen ocupa la misma repisa de su casa, y no recuerda cuándo ni donde la compraron. Beverly señala el comentario bajo la foto. Jack se acerca y lee: “Miren, soy un entusiasta del mundo de los cetáceos y conozco las herramientas usadas para cazarlos. Puedo asegurarles que lo que ese hombre lleva en su mano no es un arpón.”
El profesor
El profesor está esperando a la salida de la clase. Está muy nervioso, aunque trata de evitar que sus alumnos lo noten. Sabe que su primera clase con ellos va a ser fundamental si no quiere ver varias filas con asientos vacÃos el resto del semestre. Este año ha preparado una buena clase. Reconoce que no es muy original, pero ha recurrido a la historia de Phineas Gage. La forma en que el Dr. Harlow describió en varios artÃculos las consecuencias del accidente sobre Phineas podrÃa ensañar una lección importante a los alumnos. Harlow fue pionero en relacionar los cambios personalidad con la lesión de los lóbulos frontales. Va a dar la charla ayudado por el Powerpoint. No se le da muy bien el dichoso programa, y varias veces se le bloqueó sin guardar el trabajo. Al final la mayor parte de las diapositivas son fotos, con muy poco texto. Son imágenes de Vermont, del lugar del accidente, del cráneo de Phineas, de la barra… es increÃble que no pudiera encontrar en google ninguna foto del famoso paciente.
Repasa mentalmente el esquema que tiene pensado para la clase, y decide que va a a omitir muchas interpretaciones de la historia de Gage. Aunque los estudios de Damasio le apasionan, no cree que puedan causar mucha impresión en estos jóvenes, al menos en una primera clase. Sin embargo hacerles ver que en el siglo pasado los cientÃficos no pensaban que la personalidad podÃa residir en el cerebro, va a hacer que se planteen algunos dogmas. Si en el siglo pasado no se imaginaban algo que es tan evidente para nosotros, ¿que cosas que ahora no imaginamos serán obvias para los cientÃfios del siglo XXII?. El timbre suena interrumpiendo las ideas del profesor. Mira la clase llena de alumnos mientras el profesor de Literatura le saluda al salir. Comienza el curso.
El comentarista
Beverly y Jack vuelven de vacaciones. Cansados tras muchas horas de viaje dejan sin abrir las maletas y descansan en el salón. Beverly enciende el ordenador y al cabo de unos minutos avisa sorprendida a su marido. No saben lo que está pasando. Su cuenta de correo electrónico muestra cientos de nuevos mensajes. Incluso tienen una carta de la Fundación Smithsonian. Desbordados por la avalancha de correos no son capaces de concentrarse. Lo primero que piensan es en el crédito que solicitaron por la obra del garaje. Entonces Beverly lee una palabra que hace que comience a atar cabos: Flickr. Rápidamente entra en su perfil de Flickr y descubre cientos de nuevos comentarios bajo la foto del ballenero tuerto. Busca el comienzo de la cadena de mensajes, y encuentra una sola lÃnea de texto escrita por un tal MIchael Spurlock: “…Puede que hayáis encontrado una foto de Phineas Gage”.
Jack -dice Beverly.-¿Quién coño es Phineas Gage?
Esto es una recración de la historia de Phineas Gage, un famoso personaje que aparece en muchos libros de psicologÃa y neurologÃa, y de cómo más de 150 años después de su muerte la única foto que se conoce de él fue encontrada gracias a internet. Aunque los personajes son verdaderos, algunos de los hechos narrados son ficticios. Si quieres leer más sobre la historia te proponemos algunos enlaces:
Boing Boing
Smithsonian
Jack y Beverly Wilgus
Dr. Harlow en Boston Medical and Surgical Journal
Wikipedia
Video en New England Journal of Medicine de una simulación del accidente.
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