Entradas ‘la habana’

Habana vieja, de van Royko

12/ 03/ 10

Cr贸nica de la ciudad de la Habana, de Eduardo Galeano

Los padres hab铆an huido al norte. En aquel tiempo, la revoluci贸n y 茅l estaban recien nacidos. Un cuarto de siglo despu茅s, Nelson Vald茅s viaj贸 de Los Angeles a La Habana, para conocer su pa铆s.

Cada mediod铆a, Nelson tomaba el 贸mnibus, la guagua 68, en la puerta del hotel, y se iba a leer libros sobre Cuba. Leyendo pasaba las tardes en la biblioteca Jos茅 Mart铆, hasta que ca铆a la noche.

Aquel mediod铆a, la guagua 68 peg贸 un frenazo en una bocacalle. Hubo gritos de protesta, por el tremendo sacud贸n, hasta que los pasajeros vieron el motivo del frenazo: una mujer muy rumbosa, que hab铆a cruzado la calle.

鈥擬e disculpan, caballeros 鈥攄ijo el conductor de la guagua 68, y se baj贸. Entonces todos los pasajeros aplaudieron y le desearon buena suerte.

El conductor camin贸 balance谩ndose, sin apuro, y los pasajeros lo vieron acercarse a la muy salsosa, que estaba en la esquina, recostada a la pared, lamiendo un helado. Desde la guagua 68, los pasajeros segu铆an el ir y venir de aquella leng眉ita que besaba el helado mientras el conductor hablaba y hablaba sin respuesta, hasta que de pronto ella se ri贸, y le regal贸 una mirada. El conductor alz贸 el pulgar y todos los pasajeros le dedicaron una cerrada ovaci贸n.

Pero cuando el conductor entr贸 en la helader铆a, produjo cierta inquietud general. Y cuando al rato sali贸 con un helado en cada mano, cundi贸 el p谩nico en las masas.

Le tocaron la bocina. Alguien se afirm贸 en la bocina con alma y vida, y son贸 la bocina como alarma de robos o sirena de incendios; pero el conductor, sordo, como si nada, segu铆a pegado a la muy sabrosa.

Entonces avanz贸, desde los asientos de atr谩s de la guagua 68, una mujer que parec铆a una gran bala de ca帽贸n y ten铆a cara de mandar. Sin decir palabra, se sent贸 en el asiento del conductor y puso el motor en marcha. La guagua 68 continu贸 su recorrido, parando en sus paradas habituales, hasta que la mujer lleg贸 a su propia parada y se baj贸. Otro pasajero ocup贸 su lugar, durante un buen tramo, de parada en parada, y despu茅s otro, y otro, y as铆 sigui贸 la guagua 68 hasta el final.

Nelson Vald茅s fue el 煤ltimo en bajar. Se hab铆a olvidado de la biblioteca.