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Galileo Galilei, de Bertolt Brecht

12/ 06/ 11
Galileo

“La ciencia comercia con el saber, con un saber ganado por la duda. Proporcionar saber sobre todo y para todos, eso es lo que pretende, y hacer de cada uno un desconfiado. Ahora bien, la mayoría de la población es mantenida en un vaho nacarado de supersticiones y viejas palabras por sus príncipes, sus hacendados, sus clérigos, que sólo desean esconder sus propias maquinaciones. La miseria de la mayoría es vieja como la montaña y desde el pulpito y la cátedra se manifiesta que esa miseria es indestructible como la montaña. Nuestro nuevo arte de la duda encantó a la gran masa. Nos arrancó el telescopio de las manos y lo enfocó contra sus torturadores. Estos hombres egoístas y brutales, que aprovecharon ávidamente para sí los frutos de la ciencia, notaron al mismo tiempo que la fría mirada de la ciencia se dirigía hacia esa miseria milenaria pero artificial que podía ser terminantemente anulada, si se los anulaba a ellos. Nos cubrieron de amenazas y sobornos, irresistibles para las almas débiles. ¿Pero acaso podíamos negarnos a la masa y seguir siendo científicos al mismo tiempo? Los movimientos de los astros son ahora fáciles de comprender, pero lo que no pueden calcular los pueblos son los movimientos de sus señores. La lucha por la mensurabilidad del cielo se ha ganado por medio de la duda; mientras que las madres romanas, por la fe, pierden todos los días la disputa por la leche. A la ciencia le interesan las dos luchas. Una humanidad tambaleante en ese milenario vaho nacarado, demasiado ignorante para desplegar sus propias fuerzas no será capaz de desplegar las fuerzas de la naturaleza que vosotros descubrís. ¿Para qué trabajáis? Mi opinión es que el único fin de la ciencia debe ser aliviar las fatigas de la existencia humana. Si los hombres de ciencia, atemorizados por los déspotas, se conforman solamente con acumular saber por el saber mismo, se corre el peligro de que la ciencia sea mutilada y que vuestras máquinas sólo signifiquen nuevas calamidades. Así vayáis descubriendo con el tiempo todo lo que hay que descubrir, vuestro progreso sólo será un alejamiento progresivo de la humanidad. El abismo entre vosotros y ella puede llegar a ser tan grande que vuestras exclamaciones de júbilo por un invento cualquiera recibirán como eco un aterrador griterío universal. Yo, como hombre de ciencia tuve una oportunidad excepcional: en mi época la astronomía llegó a los mercados. Bajo esas circunstancias únicas, la firmeza de un hombre hubiera provocado grandes conmociones. Si yo hubiese resistido, los estudiosos de las ciencias naturales habrían podido desarrollar alga así como el juramento de Hipócrates de los médicos, la solemne promesa de utilizar su ciencia sólo en beneficio de la humanidad.”

Este fragmento pertenece a la obra La vida de Galileo, cuya primera versión fue escrita por Bertolt Brecht entre los años 1937 y 1939. La segunda (versión americana) la escribió unos años más tarde en colaboración (dato para coleccionistas de curiosidades) con el actor Charles Laughton.

Si os ha gustado este fragmento no deberíais dejar de pasar por aquí.

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Ciencia española 2020

26/ 03/ 10
mi mesa cojea

A propósito de la reciente aprobación del anteproyecto de la Ley de Ciencia por el Consejo de Ministros, y del debate generado, nos ha parecido oportuno hacer un pequeño viaje en el tiempo y recabar información desde el futuro a fin de comprobar los efectos de dicha disposición. Para ello nos hemos ido al blog Mi mesa cojea, que pilota con mano maestra Jose A. Pérez, y que de vez en cuando hace una incursión en la Wikipedia del año 2020 para comprobar como nos irá. Este es el futuro de nuestra ciencia:

Ciencia española 2020 (o La ciencia en España no necesita tijeras)

(Artículo copiado de Wikipedia el 12 de marzo de 2020)

La década de 2010 a 2020 es conocida como la Era Dorada de los científicos españoles, particularmente de los alquimistas, los grafólogos, los numerólogos y, en general, los capricornio.

En 2011, un español consigue el Premio Nobel de Física, lo que tiene una enorme repercusión mediática en La 2 un domingo de madrugada.

La noche del 31 de diciembre 2011, dos millones de españoles con la FP sin terminar se suicidan después de que Pedro Piqueras abra su telediario diciendo que, según el calendario maya, el mundo se acaba en dos horas. Lamentablemente, el mundo no se acaba y Telecinco lidera el mes.

En 2014, Iker Jiménez se convierte en Ministro de Ciencia e Innovación y declara que las antenas de los móviles dan cáncer porque lo ha leído en la Más Allá. Un mes después, Telefónica quiebra, lo que provoca que 250.000 personas pierdan su trabajo y 47 millones pierdan sus llamadas.

En 2015 la homeopatía pasa a ser considerada oficialmente una ciencia y, sólo ese año, 12.426 españoles mueren de apendicitis en sus casas mientras beben mucho agua.

En 2016, un grupo de científicos del German Cancer Research Center descubren la vacuna contra el cáncer, pero el comunicado coincide con un Barça-Madrid y en España nadie se entera hasta pasados tres años.

En 2017 un taxista español lee un libro de Stephen Hawking y llega al final, lo que provoca que un grupo de adolescentes le propinen una brutal paliza al grito de ¡maricón! y ¡afrancesado!

Ese mismo año, los médicos españoles empiezan a recomendar un innovador tratamiento contra el SIDA consistente en colocar la cama mirando hacia la ventana y dormirse con un mp3 de agua fluyendo. Miles de enfermos de SIDA mueren relajadísimos.

En 2018 el Ministro Jiménez declara que los egipcios tienen poderes mentales, dando lugar a un importante incidente diplomático con Egipto. El Ministro de Asuntos Exteriores egipcio declara: “Sí, tenemos poderes mentales que los españoles desconocen: sabemos sumar”. Pero lo dice en inglés y en España nadie lo entiende.

En 2019 se amplía el presupuesto estatal para ciencia en un 1%, lo que hace que alcance la vertiginosa cifra de 3.200 euros, destinados íntegramente a un señor de Matalascañas que busca en qué parte del cerebro está el alma.

A día de hoy, España es la primera potencia científica empezando por el final y es el único país donde el agua tiene derechos civiles por tener memoria.

En estos tiempos desquiciados no dejéis de visitar Mi mesa cojea.

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