Hace algunas semanas os presentábamos el caso clínico de FDR, y a propósito de él hacíamos un breve comentario sobre la poliomielitis, una enfermedad infecciosa que creíamos erradicada pero que realmente sigue activa en algunos países del planeta. En las TED TALKS de 2011 nos hemos encontrado con una excelente exposición al respecto de Bruce Aylward, que os traemos hoy.
Bruce Aylward es un epidemiólogo canadiense que actualmente dirige la Global Polio Eradication Initiative de la OMS, una iniciativa que ha sido definida como la operación internacional más grande llevada a cabo en tiempos de paz. Hasta el momento sólo una enfermedad ha podido ser erradicada de la faz de la tierra: la viruela. Merced a los esfuerzos de muchos la erradicación de la polio está cercana. Sin embargo la crisis económica ha venido a obstaculizar la posibilidad de asestar el golpe final, y los logros conseguidos tras 20 años de titánicos esfuerzos corren el riesgo de venirse abajo.
Bruce Aylward explica todo esto y mucho más en una exposición apasionada y motivadora que os aconsejamos ver. Tiene subtítulos en inglés.
Este año la reunión de la Academia Americana de Neurología tuvo lugar en Hawái (sí, según el Diccionario Panhispánico de Dudas se escribe así). A diferencia de otros congresos, que han eliminado sus webcasts del dominio público, este mantiene como siempre un pequeño número de ellos (en realidad varias decenas) accesibles a través del patrocinio de diversos laboratorios.
A través de este enlace podéis acceder a las presentaciones gratuitas o adquirir todo el paquete para disfrutarlas en casa.
También es muy recomendable visitar la sección de iPosters. El registro es gratuito y os permitirá acceder a cientos de ellos ordenados por tema de un modo muy sencillo.
Hace un par de días me gradué las gafas. Después de 10 años el cambio fue brutal. El mundo dejó de ser un lugar medio borroso y comencé de nuevo a apreciar los detalles, la sutileza de las cosas. Pero, sobre todo, por la noche, miré al cielo y vi algo que se me escapaba desde hacía mucho tiempo: las estrellas, miles de estrellas. Últimamente sólo apreciaba las más brillantes, dos o tres en el cielo habitualmente lechoso de Asturias. Y mirando el cielo, sintiéndome el protagonista de 2001 (“Dios mío, hay miles de estrellas”), comprendí algo que había oído unos días atrás.
Un joven de unos 20 años, desde la Puerta del Sol, interrogado por un periodista acerca de su objetivo permaneciendo allí, dijo algo que al principio me pareció un poco absurdo. Dijo que estando allí, intercambiando ideas y emociones, la gente se conocía, se encontraba. Los contertulios de ese gran progama de humor infantil que se llama El gato al agua, continuaron con sus comentarios habitualmente despectivos y yo me fui a la cama pensativo. Ahora lo entiendo. Vivimos entre personas, trabajamos con ellas, las encontramos en el autobús, nos venden el pan, pasan por nuestra consulta, pero no las conocemos. Hablamos del partido del siglo o del tiempo para el fin de semana. Sabemos que están ahí, como las estrellas, pero no los vemos. Esta semana todos nos hemos graduado la vista. Hemos mirado alrededor con ojos nuevos y hemos comprendido que somos muchos, que somos millones, y que por ello nuestra fuerza es enorme. Desde todas las plazas el pueblo grita, nosotros gritamos nuestra indignación y los poderosos y sus acólitos miran perplejos y confusos.
Nuestros jóvenes son realmente la generación más preparada de la Historia. Pero no sólo porque hayan estudiado tres licenciaturas o sepan cuatro idiomas. Internet ha roto todas las barreras y todas las censuras, ha hecho el pensamiento mucho más libre, la información inifinitamente accesible. Sabemos quiénes somos y dónde estamos. No sabíamos cuánto poder teníamos pero ahora lo sabemos. Las leyes apisonadora de la Unión Europea o del Gobierno Español llegan tarde. Los poderosos no han entendido Internet. La tropa de frontalizados que cada noche defiende los intereses del dinero en casposos canales de televisión se cubre de gloria luciendo su analfabetismo funcional y su ignorancia aliñada con historias para no dormir que les debe escribir algún guionista de serie B.
Ayer nos pasamos por #acampadaoviedo, por una plaza de la Escandalera repleta de gente de toda edad y condición. Gente indignada pero sonriente, orgullosos de ser una pequeña porción de algo grande. Hoy todas las plazas de España, y de otros muchos lugares, giran, como la Tierra, alrededor del Sol. En la Puerta del Sol el pueblo da un ejemplo de grandeza, de seriedad, de organización y de imaginación. Y muchos, desde la distancia, vibramos con ellos.
Hoy, reflexionando, me he dado cuenta de cuánto me gustaría estar allí, en la enfermería de la Puerta de Sol, codo con codo con el Dr Casado y Clara Benedicto. Cuánto me gustaría haber hablado como lo hizo Cristina, de Burgos, en los micrófonos de Radio Nacional. Qué grande sería que estos sueños se prolongaran y evolucionaran, más allá de lo que ocurra mañana, y la democracia triunfara. Reflexionando me he dado cuenta de que esta semana, en muchos rincones de este país, ha triunfado el espíritu humano.
La semana pasada una lectora de neurObsesion (gracias, Mónica) nos enviaba un enlace a una noticia aparecida en La Nueva España que podéis leer en la foto de cabecera. Si la noticia fuera cierta su trascendencia sería enorme, ya que dispararía a la línea de flotación de dos de las enfermedades más mortales y discapacitantes de nuestro tiempo. Pero no lo es. Lo malo es que tampoco es falsa.
Hay un estupendo blog llamado Malaprensa que se dedica a resaltar los “errores y chapuzas de la prensa española: números equivocados, gráficos incorrectos, fallos lógicos, conceptos erróneos, mala interpretación de estadísticas o datos científicos…”. Permitidnos que hoy tomemos prestado su nombre para desmenuzar esta noticia.
La redacción del artículo es ya de por sí sospechosa. ¿”Una nueva inyección”? La terminología es un poco forzada en español y remite a una traducción literal de una noticia anglosajona. Efectivamente, si rebuscamos en Google News encontraremos más de 300 referencias a una “new heart attack jab”. Parece tratarse por tanto de una noticia de agencia que ha tenido bastante eco en la prensa anglosajona y menos en la española: se recoge en los mismos términos y el mismo día en La Opinión de La Coruña.
Respecto a qué inyección es esa el artículo hace referencia tan sólo a que se trata de “un anticuerpo”. Pero debe de ser muy bueno porque “algunos científicos consideran que es el mayor logro hasta ahora…”. ¿Qué científicos? Aquí termina todo. Sin más explicación y sin más repercusión. Nadie más habla de este revolucionario hallazgo.
La respuesta, como siempre, está en las fuentes. La fuente es un artículo publicado el día 18 de abril en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America, que lleva por título Targeting of mannan-binding lectin-associated serine protease-2 (Masp2) confers a significant degree of protection from myocardial and gastrointestinal ischemia/reperfusion injury, y al que la Universidad de Leicester, desde donde ha sido coordinado, se ha encargado de publicitar. Se trata de un estudio llevado a cabo en ratones genéticamente modificados utilizando un anticuerpo que bloquea la acción de MASP-2, responsable de la respuesta inflamatoria cuando la sangre vuelve a tejidos que han estado privados de oxígeno (daño de isquemia-reperfusión). ¿Y qué es MASP-2? Una enzima involucrada en la vía de la lectina, parte del sistema de complemento.
Del análisis de estos datos obtenemos el cúmulo de falacias que acaban construyendo la noticia:
1. Se trata de un estudio básico en ratones genéticamente modificados, por lo que no tiene repercusión inmediata alguna sobre la medicina humana. Si finalmente consigue pasar con éxito por los diversos escalones que conducen a la introducción de un tratamiento en la farmacopea humana, eso será dentro de unos cuantos años.
2. La experiencia previa demuestra que las probabilidades de que un fármaco útil en ratones consiga demostrar análoga utilidad en los humanos son mínimas. En los últimos años varias decenas de fármacos se han estrellado en ese camino.
3. La prensa insiste en la posibilidad de curar el ictus con esta estrategia. Sin embargo en el artículo original no se inducía un ictus a los ratones, sino un infarto de miocardio o una isquemia intestinal, y ni siquiera se sabe si MASP-2 se implica en la isquemia cerebral en la misma medida que en el resto. Se asume la extrapolación por semejanza, pero en ciencia, como en la vida, la asunción solo sirve para echar más vino al porrón. Posiblemente la creciente trascendencia mediática del ictus tiene algo que ver en todo esto.
4. Respecto a la moderna terminología utilizada en el titular (derrame cerebral), ni hablamos.
El tío Ben le hizo entender a Spiderman que “un gran poder supone una gran responsabilidad” y esto es verdad también para los que no somos superhéroes. Llegar a las casas de mucha gente y ser leídos por miles entraña la responsabilidad del rigor en la noticia. Introducir falsas esperanzas en la gente, manipular sus emociones, o confundir sus juicios son algunas de las consecuencias de la Malaprensa.
Pero hoy, como todos los días, millones de personas en todo el mundo ven cómo la esencia de los que aman se consume, cómo va quedando sólo un caparazón, una sombra de lo que fueron.
Mario era poeta y, siendo aún un niño, conoció a Luz. Los dos iniciaron, como decía Mario, una existencia a dos latidos. Se casaron en el año 1946 y conocieron juntos exilios y regresos. En 2009 Mario murió. Para su desgracia vivió sus últimos años sin Luz, en la oscuridad (de ahora en adelante/aunque comparta el tiempo con cercanos/con los míos de siempre/y pregunte y responda y hasta ría/mi alma estará sola en su guarida/con su resignación involuntaria/rodeada de memorias imborrables/e insomnios invadidos de tristeza). Pero si la memoria de Mario era imborrable, la de Luz era frágil. En uno de sus últimos libros (Canciones del que no canta) Mario escribió una escalofriante poesía, que lleva por título Sentimientos. Unos pocos versos que ayudan a entender el Alzheimer de una forma que ningún tratado de Neurología conseguirá jamás.
Sentimientos
Estuvimos tan juntos tanto tiempo
mirándonos, sintiéndonos, buscándonos
viajando por el mundo como intrusos
o como galernas / o como canoas
cada uno en su sueño / o ambos en el mismo /
si las guerras / las patrañas / los crueles
nos separaban obligatoriamente
la nostalgia se metía en los insomnios
y era duro vivir en soledad
fueron 60 años de saber y tenernos
en los silencios como en los abrazos
en los contactos o en la lejanía
creando las congojas y el amor
partiendo de la infancia
en que nos descubrimos /
de la adolescencia
en que nos enlazamos /
y de los otros tiempos y otros años
en que nuestros pasos iban al unísono
nunca hubo razones para pensar finales
qué azar podría quitarnos ese premio
ese vivir en paz a dos latidos
y sin embargo / pese a todo
apareció el alzheimer / esa enfermedad
misteriosa / tan maldita que me la
quitó sin más de entre los brazos
la cambió en otra imagen / otra voz
otro cuerpo / otras manos
y cuando algunas veces pocas veces
ella hoy me mira con los ojos cerrados
vaya a saber qué cosas me pregunta
que yo / desde mi nada / no respondo
la memoria me arrima lo que puede
lo que no se gastó con la costumbre
y el corazón octogenario
y el marcapasos ayudante
aprende a estar tristes
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