Maestro José Luis (con perdón)
Llama la atención cómo con frecuencia prescindimos de lo imprescindible. Vivimos una existencia mental plana, desperdiciamos la energÃa de la juventud en trabajos rutinarios, distracciones rutinarias y emociones rutinarias. Sólo unos pocos saben elevarse por encima del magma gris que nos ahoga y ver claro entre esta niebla espesa. José Luis Sampedro tiene 94 años. Nació el mismo año que el pueblo ruso tomó el poder en una revolución que marcarÃa el siglo XX, el mismo año que concluÃa la Primera Guerra Mundial, el año que se murió Buffalo Bill. Él dice que es un emigrante: viene del pasado y probablemente por eso, contempla con ojos asombrados esta vida rara de la que formamos parte. Yo creo que es un sabio y recuerdo escuchándolo un libro de Elkhonon Goldberg llamado “La paradoja de la sabidurÃa” en el que dice (entre muchas otras cosas que ayudan a entender cómo funciona el cerebro) lo siguiente:
La habilidad para ver “más allá de las cosas” sin esfuerzo aparente y que, dependiendo de su calibre y contexto, llamamos competencia o pericia, o en raros casos sabidurÃa, no surge como una epifanÃa de la madurez ni como un derecho de la ancianidad. Es la condensación de las actividades mentales desarrolladas durante años y décadas. Son el alcance y la calidad de la vida mental de cada persona los que determinan su calidad durante sus fases finales. “La sabidurÃa comienza en la sorpresa”, dijo Sócrates. Esto es tan cierto ahora como entonces, o incluso más.
Si tenéis quince minutos y queréis una sorpresa muy agradable, dadle al play. Garantizo que no os defraudará.
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