Semiología: pulso venoso espontáneo retiniano
Pulso venoso espontáneo retiniano
El pulso venoso espontáneo se aprecia como una variación rítmica en el calibre de una o más venas retinianas cuando cruzan el disco óptico, y constituye un signo oftalmoscópico muy interesante para el diagnóstico de la hipertensión intracraneal
El principio físico que subyace ha sido objeto de mucho debate a lo largo de los años. La teoría más aceptada hoy en día afirma que las pulsaciones se deben a cambios en el gradiente de presión en la vena retiniana cuando atraviesa la lámina cribosa. El gradiente de presión cambia debido a la diferencia entre la presión intraocular y la del líquido cefalorraquídeo. Es sabido que la presión del LCR se incrementa 0.5 mm Hg durante la sístole y disminuye 0.5 mm durante la diástole. Por su parte la presión intraocular se eleva 1.5 mm durante la sístole. Como resultado de estas variaciones la salida de sangre del ojo se incrementa en sístole y disminuye en diástole, causando la distensión y el colapso de la vena.
El pulso venoso espontáneo está presente en el 90% de los sujetos normales y se mantiene si la presión del LCR no sobrepasa los 190 mm de agua. Si en un paciente no tenemos claro si hay edema de papila o no, la presencia de pulso venoso nos saca de dudas, descartando un hipertensión intracraneal.
Es necesario tener en cuenta que en entidades como la hipertensión intracraneal idiopática la presión intracraneal sufre fluctuaciones y puede ser normal en algunos momentos, presentando pulso venoso espontáneo
Evidentemente, como cualquier otro signo clínico, precisa ser interpretado en el contexto de la historia del paciente y del resto de hallazgos exploratorios. A continuación podéis ver un examen oftalmoscópico en el que se aprecia bastante bien el pulso venoso espontáneo.
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