4 cosas que debes evitar en tus presentaciones (Episodio 2)
Es posible que Al Gore no sea santo de vuestra devoción, pero es innegable que ha triunfado en el mundo de las presentaciones. Con su charla “Una Verdad Incómoda” consiguió un premio Oscar y un Nobel de la Paz. Yo me conformaría con disminuir el índice de bostezos, pero podéis aspirar a lo que queráis. En esta segunda entrega nos centraremos en 4 puntos importantes del diseño de las diapositivas. Si estás interesado en este tema puedes leer otros de nuestros artículos de la sección de tutoriales.
No pongas tanta letra. Y ponla más grande.
Mira esa presentación que acabas de preparar llena de diapositvas, cada una de ellas llena de lineas con un montón de información. Sentimos mucho aguarte la fiesta, pero hay algo que debes saber: hay una cantidad limitada de información que uno puede retener de una charla, y es muy probable que tu powerpoint se haya pasado de ese límite. Como presentador tienes que contar con ello y preguntarte ¿si el público sólo pudiera retener una idea de esta diapositiva, qué idea sería? La mayor parte de las veces puedes resumir esa idea en pocas palabras. Si no tienes más remedio que poner texto en una diapositiva deberías usar el mínimo de palabras que transmitan esa idea.
Hay un gurú de las presentaciones y de la comunicaciones llamado Guy Kawasaki que tiene una norma que podéis aprovechar: la regla del 10/20/30. Después de asistir a miles de charlas y presentaciones sintió una revelación y decidió evangelizar al resto de humanos sobre un mejor uso del powerpoint: el límite debería estar en 10 diapositivas, la tostada no debería durar más de 20 minutos y no debería contener ninguna fuente con un tamaño menor de 30 puntos. Según el bueno de Guy esto es el límite tolerable por el ser humano.
Cuando leí por primera vez esta regla me parecía imposible. Estaréis pensando en vuestra última sesión, que fácilmente podría responder a un 70/60/10. Está claro que una charla científica puede ser más compleja que una reunión rutinaria de una empresa, por lo que los límites pueden no ser tan estrictos. Sin llegar al extremo del 10/20/30, debemos tener en mente que charlas de más de 30 minutos suelen ser insufribles, y aunque necesitemos más de 10 diapositivas habría que mantener un número lo más reducido posible.
Lo que no es negociable es el tamaño de fuente. Menos de 30 puntos de tamaño hará que media sala se pierda el contenido de tus diapositivas. Si es imprescindible puedes dividir la diapositiva en varias, pero nunca seas tacaño con el tamaño de letra.
Quita esa horterada
El camino del maestro zen del powerpoint está lleno de peligros y tentaciones. Hay tantas opciones a nuestro alcance que es fácil caer en el exceso. Las animaciones y transiciones pueden darle un toque de distinción a tu presentación, pero de la misma manera puedes pasarte y crear un monstruo lento y vulgar. Lento porque a veces consumen más recursos del ordenador o porque tienes que esperar a que cada efecto acabe antes de pasar al siguiente. Vulgar porque la mayoría de efectos de powerpoint son de hace 10 años y no son precisamente el paradigma de la elegancia. Utiliza las mínimas imprescindibles y con la mayor sutileza posible.
Otras fuentes de “horterismo” en el powerpoint son los logotipos sobrecargados encabezando todas las diapositivas, los esquemas de color agresivos, tipografías inadecuadas, wordart, los cliparts de Microsoft, gifs animados… Huye de estas tentaciones, joven padawan. Si necesitas asesoramiento puedes leer nuestros artículos anteriores sobre cualquiera de estos temas.
Os repetimos uno de nuestros consejos de siempre: copia. Entra en páginas de webs con diseños que puedas utilizar para tu powerpoint. Fíjate en los carteles publicitarios, en las revistas, los periódicos, la infografía… Gente más experta en diseño que cualquiera de nosotros nos está chivando sus trucos en cada una de sus creaciones. Aprovéchalo, pero atribuye el mérito a quien lo merezca.
El tamaño importa
Ya hemos hecho referencia al tamaño de las imágenes en post previos, así que seremos breves. Cada archivo de imagen tiene un número de pixeles de información acumulados. A su vez cada proyector es capaz de mostrar una cantidad limitada de pixeles. Si tu imagen tiene más pixeles de información de los que es capaz de mostrar el proyector entonces la presentación tiene que cargar con un exceso de datos que no necesita. Esto es muy frecuente cuando usamos fotos hechas con cámaras digitales, que tienen cada vez sensores más sensibles y con más y más megapíxels. Este exceso no va a conseguir que se vea mejor, pero hará que la presentación fluya más lenta, a tirones, o incluso que se cuelgue.
El problema contrario es más evidente al ojo del público. Si pones imágenes con muy baja resolución y tratas de aumentarlas por encima de su tamaño máximo se verán “pixeladas” y eso, amigos, es muy cutre.
Si queréis saber más sobre el tamaño de imagen seguid este enlace a nuestro tutorial sobre adelgazamiento de powerpoints.
No seas chapucero
El diseño de una presentación no es sólo “tunear” un powerpoint cambiando los colores en el último momento o poner transiciones con confeti entre una diapositva y otra. Diseñar una charla es un ejercicio de planificación en el que constantemente debes preguntarte cuál es la mejor manera de trasmitir este mensaje a este público, y particularmente cómo hacerlo de forma más visual. Unos tendrán un talento artístico más evidente que otros, pero cualquiera puede hacer las cosas un poco menos chapuceras siguiendo unas pautas generales.
Al ojo humano le gustan los patrones, por eso cualquier diseño clásico sigue una rejilla o plantilla invisible que hace que de forma inconsciente las creaciones nos resulten ordenadas y agradables. No hace falta que creéis una plantilla muy compleja, pero con tratar de alinear los objetos de un conjunto y los márgenes de las diapositivas podríais daros por satisfechos. Mantener un estilo homogéneo a lo largo de una presentación ayuda a dar consistencia a la charla, así que no cambieis colores, tipografía y estilos cada diapositiva. Elegir el tipo de letra también es importante, así como el esquema de color. Dedicando un poco de tiempo a la planificación de estos aspectos podréis conseguir resultados más profesionales con poco esfuerzo.
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