Poned el vÃdeo a pantalla completa, apagad las luces de la habitación, aumentad el volumen y preparaos para una fantástico viaje a los lÃmites del Universo conocido. Partiendo de la cordillera del Himalaya nos elevaremos hacia el infinito en un viaje de ida y vuelta.
Ha salido en todas las televisiones, todos se apuntan a celebrar su aniversario. Asistimos en nuestros dÃas a la institucionalización del hombre. Miguel Hernández, poeta y pastor, feroz revolucionario, comisario polÃtico en la Guerra Civil, rebelde hasta la muerte, muerto, ya indefenso, utilizado por los polÃticos como coartada cultural. Otra más.
Miguel Hernández habÃa nacido con el cutis duro y terroso de los campesinos. Ignorante de coqueterÃas, llevaba cortÃsimo un pelo espeso que ningún peine habrÃa sabido domar. Manos anchas, manos de labriego. Miguel no era elegante. PreferÃa a cualquier indumentaria refinada el rudo pantalón de pana de los campesinos, y esas alpargatas levantinas, con ocho cordones negros, que habrÃan de ser el calzado de campaña de los primeros milicianos. Pero dos cosas resultaban inolvidables en el poeta: la limpidez de su mirada clara y el timbre varonil y profundo de su voz.
Efectivamente, la solución era Mario Benedetti, el gran poeta uruguayo que al final no pudo con su asma. Se murió pero sus libros están ahÃ. Leedlos, que nunca defraudan. Hasta mañana.
Voy a cerrar los ojos en voz baja
voy a meterme a tientas en el sueño.
En este instante el odio no trabaja
para la muerte que es su pobre dueño
la voluntad suspende su latido
y yo me siento lejos, tan pequeño
que a Dios invoco, pero no le pido
nada, con tal de compartir apenas
este universo que hemos conseguido
Nunca he sido una persona especialmente valiente, y menos aún cuando se trata de luchar contra criaturas marinas del tamaño de este pulpo. Por esa razón creo que el vÃdeo de aquà debajo no tiene desperdicio. Un pulpo enorme decide que no le gusta que un Cousteau amateur le grabe mientras reposa en el fondo del mar y decide robarle la cámara. El submarinista ve que el kraken le ataca y como harÃamos cualquiera de nosotros nada como un delfÃn en dirección opuesta relajando esfÃnteres. Cuando está fuera del alcance de los tentáculos se da cuenta de que el pulpo le ha robado la cámara. Aquà es donde os planteo la siguiente pregunta: ¿darÃais la vuelta con la cabeza gacha, dando la cámara por perdida y la vida por salvada, o lucharÃas contra una de las bestias más inteligentes del oceáno por recuperar la panasonic armados solamente con vuestro arpón? Si os sirve de ayuda os dejamos el enlace a la cámara en Amazon, es una fantastica Lumix TS1 preparada para grabar bajo el agua. ¿Cuál será el desenlace?
Los últimos años han sido testigos de importantes avances en la farmacoterapia de la epilepsia, con la aparición de un puñado de nuevos medicamentos que amplÃan de modo muy importante el abanico de posibilidades de tratamiento para nuestros pacientes.
Previamente Brodie et al habÃan randomizado a 150 pacientes mayores de 65 años a tratamiento con lamotrigina o carbamacepina, demostrando mejor tolerabilidad para lamotrigina (72% de pacientes seguÃan con el tratamiento al cabo de 24 semanas, con una dosis media de 100 mg/d) que para carbamacepina (sólo 42% seguÃan con el tratamiento con una dosis media de 400 mg/d). Por su parte, Rowan et al randomizaron 593 adultos mayores de 60 años a lamotrigina (150 mg/d), gabapentina (1500 mg/d) o carbamacepina (600 mg/d). La carbamacepina mostró la peor tolerabilidad.
El estudio de Arif en Archives of Neurology constituye una revisión retrospectiva de 417 pacientes mayores de 55 años. Se seleccionaron para su comparación fármacos que hubieran sido utilizados en al menos 10 pacientes y se investigó su eficacia y su tasa de abandono al cabo de 12 meses de tratamiento.
Los resultados relativos a mantenimiento del tratamiento se resumen en el gráfico a continuación, mostrando lamotrigina la mejor tasa de continuación a los 12 meses (78.6%), y la oxcarbacepina la peor (23.5%).
En relación con la eficacia, nuevamente la lamotrigina exhibe la mejor tasa de pacientes libres de crisis tras 12 meses (54.1%), seguida de levetiracetam (42.6%), ambos muy alejados de gabapentina (18.5%) y oxcarbacepina (9.4%).
En el subgrupo de pacientes refractarios, nuevamente lamotrigina (47.4%) y levetiracetam (38.9%) muestran los mejores números, con oxcarbacepina (4.3%) a la cola del grupo.
En resumen, el estudio concluye que lamotrigina y levetiracetam son los fármacos más efectivos y con mejor tasa de continuación de los analizados. El resto de fármacos no muestran diferencias significativas entre ellos, salvo la oxcarbacepina, que es significativamente peor.
Es evidente la necesidad de estudios prospectivos y randomizados que aborden este problema desde una perspectiva más estricta, pero de momento no se vislumbra un horizonte de estas caracterÃsticas. Mientras la rentabilidad empresarial siga pesando más que el derecho a la salud, esto es lo que hay.
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