Amanece, que no es poco

08/ 01/ 10

Continuando con nuestros vídeos pedagógicos sobre Cardiología, rescatamos hoy del desván de la memoria una de las escenas más estrambóticas sacadas de una de las películas más marcianas del cine español. “Amanece, que no es poco”, dirigida por José Luis Cuerda en 1989 es hoy una película de culto. Su página de Facebook tiene más de 13.000 usuarios adheridos y yo mismo conozco a un montón de gente que me podría dar sin pestañear la réplica de cualquiera de sus diálogos. Son 90 minutos de continua creatividad, de diálogos desternillantes, de personajes inolvidables que atraviesan una trama compleja que discurre por la difícil frontera entre lo surrealista y lo ridículo. La galería de actores españoles que le dan vida es magnífica. En esta película se juntaron todos aquellos secundarios geniales que dieron grandeza al mejor cine español. Escapados de las compañías de teatro, de las películas de Berlanga y de Bardem, recalaron todos juntos en “Amanece que no es poco”, en la que tal vez fue la última película a la altura de su talento. En este vídeo el maestro Don Roberto (el gran Paco Hernández, habitual actor de doblaje, recientemente fallecido) les explica a sus alumnos el funcionamiento del corazón.

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Una respuesta a “Amanece, que no es poco”

  1. Tomás Segura Dice:

    January 20th, 2010 at 11:00 pm

    Película de culto, sí, y entrañable para los albaceteños, porque está íntegramente rodada en la Sierra de Albacete. La provincia de Albacete es una gran desconocida para la mayoría de los españoles. Incluso para los madrileños, que durante decenios atraviesan sus confines en busca del sol del levante. Precisamente esta circunstancia, la de las migraciones matritenses, es lo que ha extendido la creencia de que nuestra tierra es llana. En sentido estricto, la provincia de Albacete tiene más de montaña o media montaña que de llanura. Se trata de una tierra de paso, frontera secular entre el Islam y los reinos cristianos primero, para ser luego zona de disputa entre Castilla y Aragón. Las fronteras entonces las marcaban las montañas o las hoces de los ríos. Por eso nuestra tierra tiene tanto de ambas cosas. Esto dio lugar a constantes repoblamientos, ( en nuestras calles se blasonan apellidos navarros y vascongados, mallorquines y altoaragoneses) lo que explica en gran medida el poco sentido nacionalista de los manchegos en general y de los albaceteños en particular, y la variedad de su folclore, capaz de mezclar las jotas con los severos pasos procesionales. Albacete limita con 7 provincias diferentes, y sólo tiene de Mancha el noroeste, que llegando desde Ciudad Real inunda nuestras tierras de un mar de viñas. Esta zona sí es llanura, y es la que atraviesa la autovía A3, y la antigua autovía de Alicante, que no en vano fue diseñada para evitar orografías más agrestes. Pero el resto de Albacete es río o montaña. Y es la mayoría. Animo a todos los amantes del senderismo a perderse en la Sierra de Segura, como los protagonistas de Amanece que no es poco. Encontrarán parajes poco transitados, paisajes a veces cuasi alpinos, gentes auténticas, sencillas y duras como la tierra que los alberga, ríos que si las nieves acompañan en invierno, se despeñan cristalinos por el paraje cárstico de Los Chorros o encajonados como el Tus durante kilómetros entre paredes verticales. Nadie quedará defraudado. Ni siquiera los asturianos hechos a los Picos. No verán alturas tan memorables, pero sí contrastes increíbles, simas que se abren en la llanura, Riópares que aparecen de la nada. Sed bienvenidos.

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