Es el miedo el que detiene al hombre, miedo de que sus creencias entrañables no vayan a resultar ilusiones, miedo de que las instituciones con las que vive no vayan a resultar dañinas, miedo de que ellos mismos no vayan a resultar menos dignos de respeto de lo que habÃan supuesto.
¡Fuera el pensamiento! ¡Volvamos a los fantasmas del prejuicio, no vayan a estar la propiedad, la moral y la guerra en peligro!
Es mejor que los hombres sean estúpidos, amorfos y tiránicos, antes de que sus pensamientos sean libres. Puesto que si sus pensamientos fueran libres, seguramente no pensarÃan como nosotros. Y este desastre debe evitarse a toda costa.
Asà arguyen los enemigos del pensamiento en las profundidades inconscientes de sus almas. Y asà actúan en las iglesias, escuelas y universidades.”
Principios de reconstrucción social. Bertrand Russell, 1916
Hoy os traemos este corto de Javier Recio, que se ha hecho con el Goya al mejor cortometraje de animación en la reciente edición de estos premios. Se trata del segundo proyecto de los estudios Kandor Graphics y optará en el mes de marzo al Premio Oscar en su categorÃa.
El siglo XIX ya está bien avanzado. Estamos en el año 1870. El dÃa 9 de junio, en el condado de Kent, tras sufrir un nuevo ictus, muere Charles Dickens. Pasarán muchos años antes de que la medicina piense en el ictus como una enfermedad tratable. Si en aquel momento Dickens hubiera sido trasladado a uno de los hospitales de Londres, tal vez habrÃa sido atendido por el Doctor Gowers.
Pese a que Gowers desaconsejaba el uso de epónimos, la historia ha querido que su nombre se encuentre asociado a varias entidades neurológicas: el fenómeno de Gowers, la miopatÃa distal de Gowers, la solución de Gowers en el tratamiento de la migraña, el tracto espinocerebeloso anterior de Gowers son los epónimos más conocidos. Se han descrito tres signos de Gowers: dolor a lo largo del nervio ciático comprimido en la dorsiflexión pasiva del pie; contracción irregular de la pupila en la lúes temprano (cf Argyll Robertson); y la maniobra de enderezamiento en la distrofia de Duchenne.
La descripción original realizada por Gowers se considera un modelo magistral de descripción clÃnica, por lo que la reproducimos a continuación en su idioma original:
“The difficulty in going upstairs is especially due to the weakness of the extensors of the knee and hip. The defect of the extensors of the hip causes the gait to have a peculiar oscillating characters.
The greatest defect, however, is in the power of rising from the floor, and the most characteristic peculiarity is the mode in which this is achieved, if it be still possible, and no objects near, by which the patient can aid himself. He commonly has not sufficient power to extend the knees when the weight of the trunk is on the upper extremity of the femur, which is then a lever in which power, applied between the fulcrum and the weight, acts at least advantage. He therefore places his hands on his knees, his arms thus bring much of the weight of the upper part of the trunk on the femur close to the fulcrum, between this and the power, which can then act at greater advantage. When the knees are extended, the power of the extensors of the hip may be sufficient to raise the body into the upright position, or the patient may aid them by an upward push with the hand as he takes it off. If, however, these extensors are weak, the hands are often moved higher and higher up the thighs, grasping alternately, and thus pushing up the trunk. To get thus the requisite support, the knees must not he quite extended, and if their extensors have no power, the device cannot be employed, and the patient is altogether unable to rise. In many cases, especially when extension of the hip is easy, the patient achieves the extension of the knees in another way; he puts the hands on the ground, stretches out the legs behind him far apart, and then, the chief weight of the trunk resting on the hands, by keeping the toes on the ground and pushing the body backwards, he manages to get the knees extended, until the trunk is supported by the hands and feet, all placed as widely apart as possible. Next the hands are moved alternately along the ground backwards, so as to bring a larger portion of the weight of the trunk over the legs. Then one hand is placed upon the knee, and a push with this, and with the other hand on the ground, is sufficient to enable the extensors of the hip to bring the trunk into the upright position”.
Se trata de fichas breves que intentan responder directamente a los interrogantes que nos planteamos cotidianamente en torno a seguridad, eficacia y aportación que representan los fármacos o presentaciones nuevas con respecto a lo previamente disponible.
Corre el año 1823 1848. Nos encontramos casi una milla al Sur de de Cavendish, Vermont. Phineas Gage tiene 26 años y ya es capataz de obra de la Rutland & Burlington Railroad. Está al mando de la creación de la vÃa ferroviaria que unirá Cavendish con Chester. La zona es muy rocosa y hace falta demoler con pólvora las piedras para preparar el lecho de la vÃa. El trabajo de Phineas es elegir la zona de la roca donde la detonación sea más eficaz. En ese preciso lugar debe cavar el agujero, llenarlo de pólvora, introducir un detonador, taparlo con arena, y compactarlo con una barra de hierro. De esta forma la pólvora sólo explotará cuando activen el detonador.
Jack Y Beverly Wilgus discuten en un mercadillo de un barrio portuario de Baltimore. Los dos son aficionados a coleccionar fotografÃas antiguas, y en el puesto del mercadillo de Fells Point tienen algunos ejemplares magnÃficos. Jack está interesado en una lámina en blanco y negro de un barco pesquero. Beverly sujeta un pequeño daguerrotipo de un hombre joven tuerto que sostiene un arpón en sus manos. El precio es excesivo, pero Jack sabe que cuando a su mujer se le antoja algo no hay nada que la haga cambiar de opinión. SonrÃe mientras deja la lámina en su sitio y paga al dueño del puesto. Con el tiempo olvidará este dÃa.
Cuando el Doctor Harlow encuentra al paciente queda impresionado. No acostumbrado a lo que el llama “medicina militar”, la visión de Phineas Gage cubierto de sangre lo deja paralizado durante unos instantes. Gage reconoce al doctor y le explica lo sucedido con todo lujo de detalles. Harlow no puede dejar de mirar el agujero en su cabeza.
Durante el mes siguiente se hace cargo de Phineas. En ese tiempo la herida se infecta y el paciente pierde el ojo y entra en coma. Pero poco a poco se va recuperando y a finales de Noviembre abandona su convalecencia. En ese momento Harlow escribe en su informe: “El paciente mantiene intactas capacidades como el habla, la memoria o la marcha, podrÃa decirse que se ha recuperado del todo. Sin embargo tiene un comportamiento extraño, irreverente e infantil. Sale a la calle sin abrigo ahora que el clima es frÃo, es obstinado y es difÃcil llevarle la contraria. Aquellos que lo conocen coinciden: esta persona ya no es Gage.”
El profesor está esperando a la salida de la clase. Está muy nervioso, aunque trata de evitar que sus alumnos lo noten. Sabe que su primera clase con ellos va a ser fundamental si no quiere ver varias filas con asientos vacÃos el resto del semestre. Este año ha preparado una buena clase. Reconoce que no es muy original, pero ha recurrido a la historia de Phineas Gage. La forma en que el Dr. Harlow describió en varios artÃculos las consecuencias del accidente sobre Phineas podrÃa ensañar una lección importante a los alumnos. Harlow fue pionero en relacionar los cambios personalidad con la lesión de los lóbulos frontales. Va a dar la charla ayudado por el Powerpoint. No se le da muy bien el dichoso programa, y varias veces se le bloqueó sin guardar el trabajo. Al final la mayor parte de las diapositivas son fotos, con muy poco texto. Son imágenes de Vermont, del lugar del accidente, del cráneo de Phineas, de la barra… es increÃble que no pudiera encontrar en google ninguna foto del famoso paciente.
Repasa mentalmente el esquema que tiene pensado para la clase, y decide que va a a omitir muchas interpretaciones de la historia de Gage. Aunque los estudios de Damasio le apasionan, no cree que puedan causar mucha impresión en estos jóvenes, al menos en una primera clase. Sin embargo hacerles ver que en el siglo pasado los cientÃficos no pensaban que la personalidad podÃa residir en el cerebro, va a hacer que se planteen algunos dogmas. Si en el siglo pasado no se imaginaban algo que es tan evidente para nosotros, ¿que cosas que ahora no imaginamos serán obvias para los cientÃfios del siglo XXII?. El timbre suena interrumpiendo las ideas del profesor. Mira la clase llena de alumnos mientras el profesor de Literatura le saluda al salir. Comienza el curso.
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